lunes, 22 de marzo de 2010

No te esfuerces.


Bien, Hoy es 22 de Marzo, y he pensado que.. no deberías esforzarte tanto en parecerme un Valiente Gilipollas =)

Es cierto que en estas últimas semanas se han sucedido una serie de acontecimientos de agárrate y no te menees, entre ellos mi "súper momentazo", que aunque en un primer momento, produjo en mí unas ganas de aplastarte la cabeza contra el suelo seguido de mi suicidio inminente, hoy me he dado cuenta de una cosa, y me he aplicado esta conocida filosofía: QUE ME QUITEN LO BAILAO!

Me gustaría saber cuando se me quitará este amargo sabor de boca que llevo conmigo desde entonces, pero en fin.. quizá sea demasiado pronto para eso, por el momento estoy a dieta de tabaco a mansalva, pelis chachis, comida malísima que sabe riquísima, y por su puesto mis queridísimas cuquis, que os quiero yoooo!

Amor? si se llama así.. da asco!

domingo, 21 de marzo de 2010

Se permite llorar.


Cuando rompemos a llorar, las emociones se liberan como si las hubiéramos tenido atrapadas en una olla a presión. Es cierto que las lágrimas ayudan a limpiar los ojos y evitan que se sequen. Hay dos clases de lágrimas, las reflexivas o irritantes, que son las que nos provocan algunos alimentos y sustancias demasiado fuertes. Y las que brotan del alma y obedecen a estados de ánimo y sentimientos.
La costumbre de llorar en público en las sociedades occidentales, en especial en el caso de los hombres, es algo que no se da a menudo y, cuando ocurre, suele ser un llanto silencioso, casi furtivo.
"Llorar no es de hombres" dicen las madres a sus hijos pequeños.
Los niños a los que no se permite llorar acumulan estrés y ponen en peligro su salud. Recuperar el llanto cuando se es adulto es bueno, porque llorar no nos hace más débiles, sino mucho más fuertes. Además, después de una buena llantina se ríe más y mejor.